Mantenimiento preventivo de vehículos: alarga la vida de tu coche

Icono de advertencia de error en vehículo, concepto de Mantenimiento preventivo de vehículos

Mantenimiento preventivo de vehículos: alarga la vida de tu coche

Cuidar tu coche y garantizar su vida útil es muy sencillo.

Hay errores de mantenimiento que te pueden salir muy caros. Cuidar tu coche y garantizar su vida útil es tan sencillo como seguir una guía rápida de qué debes hacer y qué no debes hacer. ¿Cómo evitar los más comunes? ¿Qué hacer para asegurarnos el correcto funcionamiento de nuestro vehículo? ¿Qué hacemos mal y debemos corregir?  Cuidar tu coche y garantizar su vida útil es tan sencillo como seguir una guía rápida de qué debes hacer y qué no debes hacer. Te mostramos cómo realizar un mantenimiento preventivo de tu vehículo.

Todo empieza con el rodaje del vehículo, una práctica que se resume en realizar un proceso de adaptación con el coche durante los primeros 3000-5000 kilómetros para facilitar el ajuste de rodamientos y piezas. Pero el correcto mantenimiento del coche continúa con otras rutinas que incluyen cuidados básicos como cambio de aceite y filtros, revisar funcionamiento de la batería y duración de los neumático, pero, sobre todo, mucho sentido común.

Repostar combustible correcto

Entre los errores de mantenimiento más comunes se encuentra repostar gasolina a un coche diesel. Algo que puede parecernos imposible, ocurre más de lo que creemos. Según un informe del RACE, más de 5.500 conductores pasaron por esta circunstancia en 2015. Desde hace años, la boca del depósito de un coche a gasolina tiene diferente diámetro; son más estrechas que las de diésel. Por tanto, equivocarse echando gasóleo a un coche de gasolina es complicado, pero no a la inversa. Las consecuencias de este error pueden traer daños en la bomba, el filtro del combustible, los inyectores o el motor.

La solución pasa por el vaciado del depósito y un control de daños. Si has repostado combustible y antes de poner en marcha el coche te das cuenta del error, la solución es más sencilla: inmovilizar vehículo y vaciar depósito. Si pasas a ser consciente del fallo después de poner el coche en marcha y circular con gasolina en lugar de diésel, el problema es mayor ya que el motor puede verse afectado por el nuevo combustible y, por tanto, la reparación es más costosa.

 

Controlar el nivel de aceite

Ojo con el aceite. Si el nivel de aceite es bajo y no se corrige, el motor no estará perfectamente lubricado y las piezas móviles friccionarán las unas con las otras. En estos casos, el motor puede griparse y esto supone una de las averías más caras. El exceso de aceite en el motor puede llevar a que éste salpique a los cilindros y por consecuencia se queme más aceite de lo normal. También puede provocar sobrecalentamiento del motor.

Controlar los niveles de aceite previene graves daños, ya que dependiendo de las piezas afectadas el coste de la reparación puede superar los 3.500 euros.

Vigilar el estado de la correa de distribución

La correa de distribución es fundamental para asegurar la vida útil del coche, ademas de ser una de las operaciones más costosas en caso de avería. En función del motor y el fabricante, se aconseja cambiar la correa de distribución al alcanzar entre los 80.000 y 120.000 km o cada cinco años.

Cuando no se realiza esta operación dentro del mantenimiento preventivo de un vehículo, la correa puede romperse y causar daños en todo el motor ocasionando averías en muchos de sus componentes. La reparación en estos casos puede alcanzar los 4000 euros dependiendo de las piezas afectadas.

Controlar el nivel de líquido refrigerante

El líquido refrigerante tiene como función mantener el motor a la temperatura correcta y evitar que las temperaturas muy frías o muy calientes le afecten. Además protege de la corrosión del motor y evita formaciones calcáreas. Es recomendable revisar los niveles del líquido refrigerante y renovarlo cada 2 años o a los 40.000 kilómetros para asegurar todas sus prestaciones.

No tener un nivel adecuado puede suponer averías graves al afectar al exceso de temperatura en el bloque y al funcionamiento de la junta de culata. Las averías tienen distintos precios según qué partes han estado afectadas, pudiendo superar los 2.000 euros.

Mantenimiento de la batería

Según el RACE, las baterías son la fuente de la gran mayoría de averías, seguido de problemas relacionados con los neumáticos. Pensar que el motor apagado supone que no se gasta batería es un error común. Sistemas como las alarmas, las cerraduras de las puertas y los sistemas de navegación también necesitan energía cuando el coche está aparcado.

Por eso es necesario estar pendiente de su correcto funcionamiento. Las baterías tienen de media unos 4- 5 años de vida, que puede variar por su excesivo uso o por lo contrario. Una batería inactiva durante mucho tiempo se descargará. Relacionado con el suministro de energía y la vida útil de la batería, una precaución que podemos tener en cuenta es asegurarnos apagar las luces al estacionar el vehículo.

Aunque la mayoría de coches cuentan con un sistema de apagado automático, es recomendable apagar las luces manualmente para evitar que se puedan fundir las bombillas y se descargue la batería.

Vigilar el estado de los neumáticos

No asegurar el correcto mantenimiento de los neumáticos es un error frecuente que repercute en el mantenimiento general del coche y en la seguridad de nuestros desplazamientos por carretera. ¿Cómo comprobar la duración de los neumáticos? En la mayoría de países de la UE, la profundidad mínima obligatoria para la banda de rodadura es de 1,6 mm.

Uno de los factores que influye en el desgaste de los neumáticos es la presión y las condiciones de carga. Revisar los indicadores de desgaste y la presión de los neumáticos es una tarea de mantenimiento que no debemos pasar por alto si queremos asegurar el buen funcionamiento de nuestro vehículo evitando desgaste en las gomas que puede derivar en reventones y reducción en la eficiencia.

Se recomienda revisar la presión del neumático al menos una vez al mes. Recuerda que la distancia de frenado para pasar de 90 km/h a 70 km/h es de 40 metros con 2,0 bar; pero con 1,0 bar esta distancia se alarga hasta 45 metros, frenando 5 metros más lejos.

Tener en cuenta estos errores dentro del mantenimiento preventivo de vehículos y seguir una guía básica de cuidados pueden no solo ayudarnos a prevenir costosas averías sino asegurarnos la vida útil de nuestro vehículo por mucho tiempo y nuestra seguridad en carretera.

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